lunes, 16 de noviembre de 2009

DIALÉCTICA Y CAMBIO SOCIAL. Sindicatos


LA DIALÉCTICA Y EL MOVIMIENTO SINDICAL

Desde que apareció el trabajo asalariado se ha desarrollado una batalla entre los trabajadores y los patrones. El patrón, burgués, capitalista o empresario busca que los trabajadores trabajen más tiempo y produzcan más y con calidad, esa es la única manera de lograr más ganancia, utilidad o plusvalía. Los trabajadores o proletarios han deseado trabajar menos, obtener más salario y tener mejores condiciones en el trabajo y prestaciones para sus familias como casa, atención médica, etc. El desarrollo de esta contradicción patrón-trabajador nos explica el mundo actual. Los sindicatos son un campo en donde se resuelve esta contradicción. Cualquier otra explicación, tiene sólo el interés de engañar o distraer a los trabajadores e imponer la voluntad de los patrones.

Para entender la dinámica de un Sindicato y del movimiento de los trabajadores, es necesario ubicar el porqué o los motivos de estos movimientos. Por ello debemos recordar hachos claros y concretos que no existían y que aparecen con el trabajo asalariado.

La clase trabajadora contra lo que parece no permanece inmóvil, está en movimiento constante, es un movimiento dialéctico, acumula fuerza, es el movimiento del gigante dormido.

Esto no implica que se encuentre inmersa en grandes marchas, huelgas o movilizaciones. El movimiento de la clase trabajadora es similar al de la marea. Sube y baja a veces con una calma que parece que ser el mar de la tranquilidad, pero no, en ese mar las olas no todas son mansas, algunas se estrellan en la costa con fuerza y conforme se acumule la inconformidad ese ritmo y la fuerza se incrementara. La clase trabajadora es un gigante placidamente dormido.

Dentro de este movimiento, hay momentos coyunturales en donde la clase trabajadora se encuentra más receptiva y susceptible de movilizarse. Algunos de estos momentos los podemos predecir. Estos momentos son coyunturas en donde debemos concentrar nuestra intervención a efecto de aprovechar e incrementar al máximo las fuerzas de la resistencia y el cambio social. Las causas de algunos de estos momentos coyunturales son internas y otras son de origen externo

En lo interno, hay momentos de enorme receptividad, en donde la mayoría presta sus oídos y atención: Las revisiones de contrato colectivo, salariales, de prestaciones o la elección de directiva sindical. La receptividad también es buena, aunque no abarca al inicio a todos los trabajadores, son los momentos de contradicción con la patronal por represiones, castigos, negativas de otorgar prestaciones, plazas, créditos.

En lo externo la receptividad sube o baja como las olas del mar. Los momentos de mayor receptividad provocada son: Las campañas electorales por que ponen en juego quien debe gobernar y con qué programa, los grandes crímenes o accidentes que sacan la luz datos e informes que permanecían ocultos; los ataques contra los derechos de algún sector importante de la clase trabajadora, o los cambios en las leyes cuando afectan a los trabajadores, como ocurre con las leyes del IMSS, ISSSTE, artículo 3°, reforma energética, etc.

El ubicar estas contradicciones, distinguiendo las diferencias entre unas y otras y los tiempos nos permite actuar correctamente, orientando sobre los movimientos tácticos preventivos y la estrategia y tácticas de intervención cuando se agudice la contradicción, visualizando posibles errores y deficiencias.

La clase trabajadora inmersa en la sociedad capitalista tiene diferentes ritmos, este ritmo no es posible predecirlo con exactitud, pero si es posible orientar en tiempo las fuerzas para evitar que se desborde el caudal irresistible de la lucha de clases. De ahí la importancia de saber tomar el ritmo o pulso de la clase trabajadora.